miércoles, 3 de diciembre de 2014

USTED ES SU PADRE, NO SU ENTRENADOR

Aquí os dejamos un interesante artículo para que echéis un vistazo.   Nos gustaría que lo leyerais y podamos todos reflexionar un poquito.
Esperamos que os guste.




¡¡USTED ES SU PADRE, NO SU ENTRENADOR!!



Los niños practican deportes por diversión. Olvidar esta máxima y generar presión en los hijos es el mejor camino para conducirles a que lo abandonen
“Me siento triste cuando mi padre me regaña después del partido. Me dice que no he jugado con intensidad, que así no seré nunca un jugador de Primera, que fallo en los pases porque me falta concentración. Y mi madre le apoya.  Dice que juego como si no me importara ganar.  También me echan en cara que se gasten dinero en mí y que me dedican muchas horas llevándome y recogiéndome de mis entrenamientos y partidos.  A mí me gusta jugar, me gusta aprender cosas nuevas, dar un pase de anotación, estar con amigos, ganar, pero tampoco me importa mucho perder, porque eso es lo que nos dice el entrenador.  Pero últimamente ya no disfruto, vengo a jugar los fines de semana nervioso, pensando que si no le gusto a mi padre, lo oiré gritar desde la tribuna, me dirá que me mueva, que espabile, y a veces me siento tan nervioso que no sé ni por dónde va el balón.  Si vale la pena seguir viniendo cuando ya no disfruto.  Pero si decido no jugar más, también les voy a decepcionar”.

 
Son muchos los padres y madres que acompañan a sus hijos a los partidos, competiciones y entrenamientos.  Se sientan en la grada, observan, les dan directrices y se involucran en el deporte de sus hijos como si ellos fueran los que dirigen.
Si como padre o madre desea sumar, tenga en cuenta el siguiente decálogo:
1.        Recuerde el motivo por el que su hijo hace deporte.  El principal es porque le gusta.  Existen otros, como practicar una conducta sana, estar con amigos o socializarse.  El objetivo no es ganar.
2.        Comparta los mismos valores que el clubdre le apoya. Dice que juego como si no me importara ganar. También me echan en cara que se gasten dinero en mí y que me dedican muchas horas llevándome y recogiéndome de mis entrenamientos y partidos. A mí me gusta jugar, me gusta aprender cosas nuevas, dar un pase de anotación, estar con amigos, ganar, pero tampoco me importa mucho perder, porque eso es lo que nos dice el entrenador. Pero últimamente ya no disfruto, vengo a jugar los fines de semana nervioso, pensando que si no le gusto a mi padre, lo oiré gritar desde la tribuna, me dirá que me mueva, que espabile, y a veces me siento tan nervioso que no sé ni por dónde va el balón. Si vale la pena seguir viniendo cuando ya no disfruto. Pero si decido no jugar más, también les voy a decepcionar”.
Son muchos los padres y madres que acompañan a sus hijos a los partidos, competiciones y entrenamientos. Se sientan en la grada, observan, les dan directrices y se involucran en el deporte de sus hijos como si ellos fueran los que dirigen.
Si como padre o madre desea sumar, tenga en cuenta el siguiente decálogo:
1. Recuerde el motivo por el que su hijo hace deporte. El principal es porque le gusta. Existen otros, como practicar una conducta sana, estar con amigos o socializarse. El objetivo no es ganar.
2. Comparta los mismos valores que el club. Busque un centro deportivo afín a su filosofía de vida.
3. No dé órdenes. Solo apóyele, gane o pierda, juegue bien o cometa errores.
4. No le obligue a entrenar más, ni a hacer ejercicios al margen de sus entrenamientos. Su hijo no es una estrella, es un niño. Aunque tenga talento, puede que no quiera elegir el deporte como profesión y solo lo practique por diversión.
5. No presione, ni dé directrices, ni grite, ni increpe, ni maldiga; no haga gestos que demuestren a su hijo que se siente decepcionado por su juego.
6. Respete a todas las figuras que participan en la comunidad deportiva: entrenador, árbitros, otros técnicos, jardineros…
7. Controle sus emociones. No se puede verbalizar todo lo que pasa por la mente. Las personas educadas no muestran incontinencia verbal.
8. Nunca hable mal de sus compañeros. Los otros niños forman parte del equipo. El objetivo grupal siempre está por encima del individual. Y hablar mal de sus colegas es hablar mal de la gente con la que comparte valores, emociones y un proyecto común.
9. Modifique su manera de animar. No se trata de corregir al niño, sino de reforzarlo.
10. No inculque expectativas falsas a su hijo, como decirle que es un campeón, que es el mejor y que si se esfuerza podrá llegar donde quiera.
La felicidad de los niños está por encima de todo. Siéntase siempre satisfecho con lo que haga, gane, pierda o cometa errores. Felicítele por participar más que por competir. Y recuerde que su hijo hace deporte para divertirse él, no para que lo haga usted.
. Busque un centro deportivo afín a su filosofía de vida.
3.       No dé órdenes.  Solo apóyele, gane o pierda, juegue bien o cometa errores.
4.       No le obligue a entrenar más, ni a hacer ejercicios al margen de sus entrenamientos. Su hijo no es una estrella, es un niño.  Aunque  tenga talento, puede que no quiera elegir el deporte como profesión y solo lo practique por diversión.
5.       No presione, ni dé directrices, ni grite, ni increpe, ni maldiga; no haga gestos que demuestren a su hijo que se siente decepcionado por su juego.
6.       Respete a todas las figuras que participan en la comunidad deportiva:  entrenador, árbitros, otros técnicos, rivales….
7.       Controle sus emociones.   No se puede verbalizar todo lo que pasa por la mente.  Las personas educadas no muestran incontinencia verbal.
8.       Nunca hable mal de sus compañeros.  Los otros niños forman parte del equipo.  El objetivo grupal siempre está por encima del individual.  Y hablar mal de sus colegas es hablar mal de la gente con laque comparte valores, emociones y un proyecto común.
9.       Modifique su manera de animar.  No se trata de corregir al niño, sino de reforzarlo.
10.   No inculque expectativas falsas a su hijo, como decirle que es un campeón, que es el mejor y que si se esfuerza podrá llegar donde quiera.

 

LA FELICIDAD DE LOS NIÑOS ESTA POR ENCIMA DE TODO.  SIÉNTASE SIEMPRE SATISFECHO CON LO QUE HAGA, GANE, PIERDA O COMETA ERRORES. 

FELICÍTELE POR PARTICIPAR MÁS QUE POR COMPETIR.  Y RECUERDE QUE SU HIJO HACE DEPORTE PARA DIVERTIRSE ÉL, NO PARA QUE LO HAGA USTED.

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